Perú impulsa su red portuaria y desafía el liderazgo regional de Chile

Más allá del megapuerto de Chancay, Perú avanza en una estrategia nacional que busca convertirlo en un eje logístico entre el Pacífico y el Atlántico. Con inversiones internacionales y un creciente rol geopolítico, el país proyecta consolidarse como un “hub” marítimo regional y competidor directo de los terminales chilenos.
El avance portuario de Perú ya no se limita al megapuerto de Chancay, cuya alianza estratégica con China lo ha convertido en símbolo de la expansión marítima sudamericana. El país andino desarrolla un proyecto nacional de infraestructura portuaria que apunta a conectar el océano Pacífico con el Atlántico, integrando terminales como Callao, Paita, Salaverry, Paracas y Matarani, en una red que redefine su papel geoeconómico en la región.
“Ya somos un hub. A veces se dice: ‘Vamos a ser’. Pero ya lo somos”, afirmó Juan Carlos Paz, expresidente de la Autoridad Portuaria Nacional (APN) del Perú, destacando que el país mueve millones de contenedores no solo propios, sino también de países vecinos como Chile, Colombia, Ecuador y Guatemala.
El Callao, que hoy moviliza cerca de 3,2 millones de TEUs al año —de los cuales más de 600 mil corresponden a carga extranjera—, ha pasado de ser un puerto rezagado a un competidor directo de San Antonio y Valparaíso, gracias a inversiones que modernizaron sus muelles y ampliaron su capacidad operativa.
Según Paz, “donde antes había agua, hoy tenemos un muelle bicentenario de más de mil metros y capaz de mover dos millones de TEUs”. Esta transformación, sumada al crecimiento de Chancay, posiciona a Perú como un actor clave del comercio marítimo regional, con una infraestructura de aguas profundas que atrae a las principales navieras del mundo.
El megapuerto de Chancay, impulsado por capitales chinos, fortalece el vínculo comercial con Asia. La ruta directa Chancay–Shanghái ha reducido los tiempos de transporte a 23 días, potenciando el intercambio bilateral, que creció un 56,9% durante el primer trimestre de 2025, según datos de la Aduana de Shanghái.
El impacto económico y social del desarrollo portuario también se refleja en la diversificación de inversiones. Empresas de China, Estados Unidos, Brasil, Emiratos Árabes, Países Bajos y Turquía participan en concesiones a lo largo del litoral peruano. Algunos terminales, como Paracas y Paita, financian proyectos comunitarios que han contribuido a reducir la anemia infantil en sus zonas de influencia.
Sin embargo, Paz advierte que el principal desafío del país está en su conectividad interna. “Nuestro talón de Aquiles es la falta de ferrocarriles y mejores vías. Movemos 36 millones de toneladas de minerales al año, casi todo por carretera. Necesitamos modernizar la red logística para aprovechar todo el sistema portuario”, subraya.
En paralelo, reformas normativas recientes permiten a las concesionarias ejecutar obras fuera del área portuaria, lo que facilita la construcción de infraestructura complementaria como el antepuerto del Callao, clave para el descongestionamiento del sistema.
Perú cuenta actualmente con 25 tratados de libre comercio que lo vinculan con el 90% del PIB global, y su plan nacional prevé movilizar 10 millones de TEUs para 2035. La estrategia busca consolidar al país como un referente logístico continental, capaz de unir ambos océanos y competir directamente con Chile en eficiencia, alcance y conectividad.
